jueves, 10 de octubre de 2013

Un recluso se volvió próspero empresario dentro de Tacumbú


Un recluso se volvió próspero empresario dentro de Tacumbú
El comedor. Internos disfrutan del almuerzo en el Mercadito de Tacumbú.
La vida de Walter Báez cambió  por completo cuando conoció el penal de Tacumbú luego de haber caído por producción de documentos no auténticos. Le condenaron a 5 años de prisión, de los cuales ya cumplió 3 años y algunos meses.
Walter asegura que no solo logró sobrevivir a las situaciones que le esperaban dentro de Tacumbú, de las cuales se pudo sobreponer y hasta pudo encontrar un oficio para ganarse la vida, convirtiéndolo en un próspero negocio.
El pabellón Libertad, lugar en donde está recluido Walter, tiene un programa de reintegración social de los reclusos.
En la cocina, donde existía un pequeño comedor, nuestro entrevistado de a poco comenzó a forjar lo que hoy él mismo bautiza como el "mercadito" dentro de Tacumbú. "La gente a veces piensa que la cárcel es un lugar donde solo se puede aprender a delinquir. Estamos los que queremos trabajar y conseguir la reivindicación social. Acá aprendí un oficio y hasta puedo ayudar a mi familia", comenzó contando Walter, quien hizo una pausa para charlar en medio de la ajetreada jornada; ya se asomaba el mediodía y había que cumplir con todos los clientes que venían para almorzar.
comenzó de abajo. El cocinero, hoy convertido en todo un empresario (asegura que gana alrededor de 400 mil guaraníes por día), explica que no fue fácil armar el comedor que hoy tiene y que comenzó bien de abajo.
"Empecé con la ayuda de mi madre, comprando utensilios de a poquito. Tenía conocimientos de cocina, pero acá me profesionalicé. La idea fue hacer algo parecido al comedor del mercado número 1: con un menú variado pero bien económico", relata para luego destacar que en su comedor se puede saborear todo tipo de platos, desde un puchero bien jugoso pasando por un caldo de pescado y hasta asado con ensaladas y mandioca.
"Desde 5 mil guaraníes ya se puede conseguir un menú económico. Un asado a la parrilla con ensalada y mandioca ya se puede comer por 15 mil", indicó.
Al igual que Walter, muchos reclusos de Tacumbú tuvieron que armarse de pequeños negocios para poder sobrevivir dentro del penal.
Existen internos que tienen cantinas, despensas y otros negocios para poder costearse los gastos y ayudar a su familia.
Fuente: Ultima Hora

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