La vida de Walter Báez cambió
por completo cuando conoció el penal de Tacumbú luego de haber caído
por producción de documentos no auténticos. Le condenaron a 5 años de
prisión, de los cuales ya cumplió 3 años y algunos meses.
Walter
asegura que no solo logró sobrevivir a las situaciones que le esperaban
dentro de Tacumbú, de las cuales se pudo sobreponer y hasta pudo
encontrar un oficio para ganarse la vida, convirtiéndolo en un próspero
negocio.
El pabellón Libertad, lugar en donde está recluido Walter, tiene un programa de reintegración social de los reclusos.
En
la cocina, donde existía un pequeño comedor, nuestro entrevistado de a
poco comenzó a forjar lo que hoy él mismo bautiza como el "mercadito"
dentro de Tacumbú. "La gente a veces piensa que la cárcel es un lugar
donde solo se puede aprender a delinquir. Estamos los que queremos
trabajar y conseguir la reivindicación social. Acá aprendí un oficio y
hasta puedo ayudar a mi familia", comenzó contando Walter, quien hizo
una pausa para charlar en medio de la ajetreada jornada; ya se asomaba
el mediodía y había que cumplir con todos los clientes que venían para
almorzar.
comenzó de abajo. El cocinero, hoy convertido en todo
un empresario (asegura que gana alrededor de 400 mil guaraníes por día),
explica que no fue fácil armar el comedor que hoy tiene y que comenzó
bien de abajo.
"Empecé con la ayuda de mi madre, comprando
utensilios de a poquito. Tenía conocimientos de cocina, pero acá me
profesionalicé. La idea fue hacer algo parecido al comedor del mercado
número 1: con un menú variado pero bien económico", relata para luego
destacar que en su comedor se puede saborear todo tipo de platos, desde
un puchero bien jugoso pasando por un caldo de pescado y hasta asado con
ensaladas y mandioca.
"Desde 5 mil guaraníes ya se puede
conseguir un menú económico. Un asado a la parrilla con ensalada y
mandioca ya se puede comer por 15 mil", indicó.
Al igual que
Walter, muchos reclusos de Tacumbú tuvieron que armarse de pequeños
negocios para poder sobrevivir dentro del penal.
Existen internos que tienen cantinas, despensas y otros negocios para poder costearse los gastos y ayudar a su familia.
Fuente: Ultima Hora
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