EN CONTRA DEL EQUILIBRIO
Roberts no cree en el balance entre la vida personal y el trabajo. “Me
opongo absolutamente. Es un concepto creado por y para los débiles. Hay
que evitar la moderación a todo precio. La única solución es la
integración; hacer de tu pasión tu trabajo. Si tu trabajo te apasiona,
no querrás moderación. Solo de la pasión nace el amor, y el amor es el
sentimiento más profundo que existe. Para crear marcas fuertes que
apasionen a los consumidores, hay que sentir esa misma pasión por el
trabajo”.
CEO global de la agencia Saatchi & Saatchi desde el 97, su destino quedó defi nido a los 16 años, contra su propia voluntad.
Viajero,
autor del reconocido libro Lovemarks, Kevin Roberts es el rey de la
publicidad. Lidera un equipo de más de 6.000 creativos en 76 países.
Mi
suerte quedó echada a los 16, cuando dejé embarazada a mi novia y me
echaron de la escuela. Sin estudios ni experiencia, me convertí en Brand
Manager en Mary Quant, y nunca más pude dedicarme a otra cosa. Era un
gran momento para el marketing: revoluciones en el ámbito de la
política,
en el estilo de vida de los consumidores, la música y la moda. Trabajar con mucho ritmo y pasión, energía y rigurosas fechas de entrega. Todo eso despertó algo en mí; era un mundo apasionante: el mundo de las ideas”.
en el estilo de vida de los consumidores, la música y la moda. Trabajar con mucho ritmo y pasión, energía y rigurosas fechas de entrega. Todo eso despertó algo en mí; era un mundo apasionante: el mundo de las ideas”.
“Después de Mary Quant estuve un tiempo en
Gillette, pero mi sueño era trabajar en P&G, que era, para mí,
la mejor compañía de marketing del mundo. El problema era que ellos no
me querían”. P&G tenía la política de contratar a jóvenes
profesionales que estuviesen terminando sus estudios para
poder capacitarlos internamente. Roberts contaba con 6 años
de experiencia, y ningún diploma.
“Los convencí de contratarme a
pesar de no haber terminado mis estudios. Les dije que ellos ya tenían
un montón de profesionales con MBA, pero que nadie tenía la pasión y
determinación que yo poseía. Y me creyeron. P&G fue mi escuela
de marketing. Mi mentor fue Herbert Schmitz –el presidente para Europa
central y del Este–, quien me enseñó el valor de equivocarme y
no arrepentirme. ‘Je ne regrette rien’, sigue siendo el lema de mi vida.
Perdemos demasiado tiempo mirando atrás, en vez de estar pensando en
la próxima idea”.
“En Saatchi promuevo un entorno en el que
vale equivocarse. Las grandes compañías se construyen con grandes ideas.
Las grandes marcas se fi ltran en nuestra vida y se convierten en
parte de lo que somos. Para ello se necesita un espacio libre, de modo
de poder pensar sin restricciones y, sobre todo, sin miedo. Los límites
te vuelven infeliz. Sin duda, se trabaja mejor en felicidad.
Los creativos en Saatchi no tienen objetivos. Martin Luther King no dijo
tengo un objetivo, dijo ‘tengo un sueño’. En la agencia tenemos el
sueño de hacer de este mundo un mundo mejor. Nos unimos a marcas que
facilitan la vida de las personas”.
Fuente: Abc color
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