El Gran Chaco tiene una inmensa variedad de tortugas de patas rojas.
Muchas veces terminan como mascotas en los hogares, aunque necesitan de
un cuidado muy especial. Hoy son una de las especies más amenazadas del
país, aseguran Thomas y Sabine Vinke, del programa “Paraguay Salvaje”.
FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal).
La tortuga de patas rojas, karumbe o Chelonoidis carbonaria es una
especie bastante grande, depende de las condiciones del tiempo para
regular su temperatura corporal.
Como su caparazón es negro,
absorbe calor y con sus patas relativamente finas no es capaz de excavar
madrigueras. “Entonces estas tortugas han desarrollado una interesante
adaptación, utilizan las cuevas del armadillo gigante o tatú carreta
para superar las adversidades climáticas del Gran Chaco. En lugares
donde el tatú carreta ya no existe, la tortuga de patas rojas no podrá
sobrevivir a largo plazo”, indicaron Thomas y Sabine Vinke.
En el
Gran Chaco aparecen ejemplares que se diferencian marcadamente por el
tamaño o por el matiz de su coloración. Así, pueden existir tortugas de
30 centímetros de largo y un peso de 5 kilogramos, que dan la impresión
de ser adultas o viejas. En tanto, se observen animales de 60
centímetros de largo y un peso de hasta 25 kilogramos, que son las más
grandes ejemplares de esta especie y se encuentren exclusivamente en el
Paraguay. “El porqué de la variación en su desarrollo o si realmente se
trata de dos especies diferentes, es un secreto que el Chaco todavía
mantiene guardado”, señalan.
Las tortugas pueden vivir más que 100
años. Su reproducción es lenta, pasan 10 años hasta madurar y poner
huevos en un nido subterráneo, donde después de un año nace la
tortuguita. Este ciclo tan lento les hace vulnerables; cuando se extrae
una tortuga de su hábitat, necesita 25 años hasta que se cierre este
vacío.
Parece tranquila y, como no tiene mímica ni voz para
manifestarse, se cree que es mascota fácil de manejar. “Pero no es así,
las tortugas necesitan de un cuidado muy especial, también la Seam exige
un permiso para mantenerlas. Por eso no las compren cuando se ofrecen”,
pidieron los Vinke, quienes investigan esta especie en diferentes
países durante años y han publicado sus experiencias en revistas
científicas y un libro.
Fuente: Abc color
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