lunes, 16 de septiembre de 2013

Bandera tricolor Paraguaya flamea en el Tíbet


TÍBET. Seis horas y media de caminata el día domingo y poco más de media hora el día lunes permitieron a la expedición Carlos Soria, del BBVA, alcanzar el objetivo: establecer un gran campamento al pie del Shisha Pangma.
La bandera paraguaya en lo más alto, en manos del enviado especial de ABC. / Roberto Sosa, ABC Color


Imponente paisaje. / Roberto Sosa, ABC Color
 
A partir de allí, el alpinista español y un grupo de amigos seguirán rumbo a la cumbre de 8.027 metros, lo que, si no hay inconvenientes con el clima, se alcanzaría en la primera quincena de octubre. La bandera paraguaya flameó a más de 5.700 metros sobre el nivel del mar.El operativo comenzó a tempranas horas del día domingo, a fin de cargar todos los equipos y provistas en los yacks que fueron alquilados para el efecto. Eran aproximadamente una veintena de bovinos de mucha fuerza y acostumbrados a estos lugares que ayudaron a cargar con los bidones preparados para el efecto.
El equipo de expedicionarios, encabezados por Carlos Soria e integrados por algunos amigos españoles suyos, funcionarios del BBVA de Estados Unidos, España, Perú y Paraguay, así como periodistas de estos tres últimos países, comenzaron una caminata que debía extenderse inicialmente por unas cuatro horas.
Sin embargo, a raíz de algunos inconvenientes con los porteadores (responsables de llevar la carga), se extendió a seis horas y media. De esta manera, el grupo pasó de los 5.000 metros a 5.600 metros, donde pasó la noche del domingo.
El cambio tan brusco de altura se hizo sentir: varios comenzamos a experimentar dolores de cabeza, mareo y poco apetito. Pero hay que decirlo: aquellos que están aclimatados a estos lugares no se privan de nada. La expedición lo prevé todo. Se tiene a un cocinero, experto en hacer platos deliciosos a estas alturas.
Una sopa caliente de entrada, arroz con papas, tallarines, fideos cortaditos, desayunos de té, café con leche, tostadas, miel de abeja, mermeladas y dulces acompañan el menú.
Verle caminar a Carlos Soria a la velocidad y la cantidad de horas, con un ritmo de chiquilín, es sorprendente. Sería como ver a cualquier jugador famoso a los 60 años de edad, corriendo y desplegando talento como si no pasara nada. Hay que tener estado físico y aclimatación para hacerlo.
Aquellos que nos imaginamos una caminata de cuatro horas íbamos contentos hasta un determinado momento. Pero la sonrisa se borró del rostro de varios cuando la expedición seguía subiendo. Se calcula que por cada 100 metros de subida se requiere de una caminata mínima de alrededor de una hora.
Pero la expedición coronó su esfuerzo el día lunes. Todos nos fusionamos en un efusivo abrazo por el logro. Llegó el momento de las fotos. Mi compañero de Paraguay, Fernando Damke, sorprendió desplegando banderas con mensajes a sus padres. Todos tenían alguna sorpresa.
Yo saqué mi bandera de Paraguay y la hice flamear un rato pensando en todo el esfuerzo realizado. Alrededor me miraban en silencio gigantescos glaciares, un lago artificial y al fondo la cumbre de 8.027 metros del Shisha Pangama. Una experiencia inolvidable.
Fuente: Abc color

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