Un joven pilarense desafía a la vida con sus dos manos. Con trabajo y sudor se gana el sustento y lucha contra la discriminación desde su nacimiento. Es albañil, herrero, alfarero y un ejemplo de que sí se puede.
Líder Amarilla tiene 25 años,
uno de albañil y cero piernas. En un mundo de limitaciones, el
pilarense no se amilana. Valora su trabajo más que nada y dice no
necesitar de nadie para vivir más que de sus manos que son sus
piernas.
Una remera protege su rostro. Es una siesta
calurosa en Fernando de la Mora. Detrás de un cúmulo de arena está
Líder con una pala en manos. Conversa, descubre su rostro y después
sonríe.
Con la fuerza de sus manos, se mueve rápido, tiende su
protector facial en la pila de ladrillos huecos y cede asiento. "Soy
Líder", saluda y su timidez desaparece cuando habla de trabajo.
Cristian
su compañero de obra lo interrumpe: "Él ahora nomás está haciendo esto.
Es un herrero valé. Líder emaña upépe para la foto. Ahí está, ahí está,
para el facebook después".
A diferencia de la gente que tiene dos piernas y queda sentada, Líder se movió desde temprano para comer.
A
sus 15 años salió de casa y se convirtió en vendedor ambulante.
Pasó días ofreciendo kepis y artículos de mercería en el mercado de
Pilar, después se enamoró de la herrería y de la alfarería, y desde
hace poco aprendió el oficio de albañil. "Le dije a mi socio que yo iba a
hacer cualquier cosa y así aprendí".
Ejemplar. El pilarense
se maneja solo y conmueve a la gente que lo ve caminar con sus manos.
"Nunca me entristecí por no tener piernas. Pasé muchas dificultades,
pero conseguir trabajo es lo más difícil", confiesa palada a palada.
Su
sentencia favorita es: "prefiero trabajar a robar para comer".
Líder trabaja de 7.00 a 12.00 y de 13.00 a 17.00. Gana G. 70.000 por
semana y con eso se mantiene. "Es la forma en que gano dinero.
Legalmente, soy un ejemplo".
Sabe que es un constructor sin igual
que no requiere de sus extremidades inferiores para trabajar, ni para
ser padre. Jazmín, su hija de seis años, nació cuando él ni alcanzaba
los 20. "Una nomás tengo, ya da ya", dice y sonríe.
Amarilla, la
versión paraguaya del motivador australiano sin brazos y piernas Nick
Vujicic que el jueves pasado hizo arrodillar a los senadores con
oraciones, a diferencia del otro habla poco y confiesa poca simpatía
por salir en los medios.
El albañil, que trabaja en Santaní,
Areguá, Pilar, Fernando de la Mora y donde fuere, dice sentirse bien por
poder hacer todo tipo de trabajo que le ofrezcan, basta comunicarse al
(0985) 966-258.
"Me gustaría legalmente seguir trabajando, si
es posible hasta el último. Tengo dos manos y muchas ganas", expresa
lleno de esperanzas.
Fuente: Ultima Hora
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